Soundtrack Vital

Un compendio irresistiblemente evocador inspirado en los accidentes vitales de Lucho Tapia y Guary Opazo.

Wednesday, June 22, 2005

El Derecho de Vivir en Paz, Víctor Jara (1971)

La muerte ha sido vencida

Una certeza, pura y luminosa: el ser humano es, a pesar de todo, la esplendida cúspide de la creación.

Es aquí, adentro de esta burbuja utópica del entendimiento donde esta canción me lleva. Aquí adentro sé al fin, sin asomo de duda, que no existe criatura más maravillosa, más rica y más bella en todo el cosmos. Dejad de buscar! No hay forma de vida alguna capaz de contener tanto poder ni tanta promesa. No me hablen de destrucción, de hambre ni de miserias; dentro de esta canción nada más cabe, nada más que la identidad indeleble del hombre como ser ideal y supremo.

Durante el par de minutos en que esta canción vive y respira, obtenemos evidencia que la batalla entre el bien y el mal fue ganada por el bando correcto durante la creación. En ese día supremo –que desconoce Biblias, Coranes y Talmudes- se definió la asimetría moral de la especie: el ser humano es, en su esencia más básica y original, el bien mismo. El hombre es su propio dios, el único creador.

En particular, este hombre, Víctor Jara, se eleva por sobre el gris del mundo en que le tocó vivir creando esta joya universal e irrepetible, el gatillo que desencadena y revela esta certeza. Este hombre, que para bien o para mal ha sido envuelto por la historia con el trágico manto de sus horas finales, nos muestra que es posible vivir para siempre. Con El Derecho de Vivir en Paz, Víctor Jara no solo le sonríe a la vida, sino también a la muerte. Usando esta canción como invencible escudo protector, Víctor Jara burla a la muerte antes de encontrarla. La recibe feliz, con los brazos abiertos.

La muerte que no es temida no es más ese insondable pozo de oscuridad eterna, sino la demostración absoluta que una vida bien vivida siempre habrá sido provechosa. Una muerte bienvenida es una luz que desconoce sombras. Con esta canción, Víctor Jara nos recuerda que todas y cada una de las vidas cercenadas en la defensa de aquella pequeña nación valió la pena. Cada una fue un ingrediente esencial para un objetivo más grande y más puro: el Derecho de Vivir en Paz.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home