Soundtrack Vital

Un compendio irresistiblemente evocador inspirado en los accidentes vitales de Lucho Tapia y Guary Opazo.

Saturday, June 02, 2007

Stop Me If You Think You’ve Heard This One Before, The Smiths (1987)

La forma del desencanto

Escuché a Los Smiths por primera vez –de manera seria- en 1992, de forma muy tardía, cuando todas las depresiones endógenas de aquellas hordas de pálidos, infelices y desencajados adolescentes británicos post punk de fines de los ochenta habían ya acabado. Y aunque llegué sumamente tarde al cuento, de igual manera me sumergí en él con todas mis ansias y mi intacta pasión impúber –hasta el puto fondo. Llené mis venas hasta más no poder con toda aquella deliciosa angustia existencial que brotaba fresca y salvaje de los versos de Morrissey y la guitarra de Johnny Marr, sin ninguna vergüenza. El momento histórico lo ameritó plenamente, de manera perfecta y hasta mágica. Hoy lo veo como si fuera una película en blanco y negro, una intensa película en blanco, negro y gris, una película salvaje y de una enternecedora crudeza.

Enganchar con esta canción fue un suceso increíblemente premonitorio. Y duro. Hoy puedo hasta reír, pero entonces... Como sabemos, esta canción trata de un tipo al que le llueve sobre mojado. El mundo se ha vuelto contra él; feroces sucesos lo sacuden y lo hieren. Y las heridas físicas, aunque serias y terriblemente reales, parecen no tener comparación con el infierno que arde en su cabeza. “Who said I lied to her?”, pregunta sin repuesta. Desolación. Castigo físico, más desolación, más castigo físico. Autoflagelación como método de salvación. Y todo porque la persona que ama aún dice amarlo, “aunque solo un poquito menos que antes”.

Era el verano infernal de 1992 cuando escuché estas mismas crueles palabras, a través de un teléfono demasiado distante y demasiado incompleto. Esa corta frase desintegró mi pasado en un instante abrupto e intenso como un latigazo, un latigazo simultáneo en la sien y en las tripas. “The pain was enough to make a shy, bald Buddhist reflect and plan a mass murder”. Fue el shock, el entendimiento preso en un congelador, el alma de pronto convertida en una estatua de sal mirando hacia el lugar equivocado. Y la desolación sin límite cobrando todo mi ser como presa demasiado pronto. “And so I drank one, it became four / and when I fell on the floor, I drank more”.

Si alguna canción salvó mi vida, fue ésta.

La gente se ríe cuando digo esto, pero no es broma.

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